Fermín Ugarte: la canción como eje (parte I)
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Foto: Ignacio Chinchilla
Entrevista: Hernán Osuna (Septiembre 2025)
Es uno de los más destacados exponentes de la generación joven. Productor y músico, Fermín, que nació en Chascomús y se mudó a Buenos Aires a los 18 años, se granjeó un nombre en la escena nacional produciendo a Dillom, Ángela Torres y Bándalos Chinos.
Justamente, con el grupo encabezado por Goyo Degano realizó una extensa gira por Estados Unidos en septiembre, formando parte de la banda como tecladista. Además, los de Beccar fueron nominados a los Grammy Latinos por ‘Vándalos’ (Ugarte es el coproductor del LP) como Mejor Álbum de Pop/Rock y a Mejor Canción Alternativa por “El Ritmo”. Sin dudas, un excelente momento.
En medio de su gira por Estados Unidos y como parte de esta primera entrega, profundizamos con Fermín Ugarte sobre su visión de la industria de la música, la conexión con Dillom y sus influencias.
Al leer sobre tus influencias, teniendo en cuenta lo que escuchabas en tu infancia en Chascomús y al escuchar tus producciones, la palabra «eclecticismo» es la que se me viene a la mente a la hora de pensar en vos. Hoy más que nunca, en la música hay que ser versátil y ecléctico. ¿Estoy en lo cierto?
Creo que depende del contexto y de lo que el entorno te demande. Sobre todo, de qué es lo que a cada uno le apasiona. En mi caso, soy bastante camaleónico y la curiosidad me motoriza, pero conozco y trabajo con mucha gente del rubro que se especializa en cosas puntuales, hiperespecíficas, y también encuentra la felicidad y la prosperidad profesional en eso. Creo que se trata de aprender a leer donde uno es más feliz, o más “uno mismo”, y en general es ahí donde más espacio tenés para jugar, trabajar y crecer; sea una cosa o varias al mismo tiempo.
¿Cómo viene el tour que estás realizando? ¿Qué podés comentar al respecto?
En este momento estoy de gira con Bandalos Chinos, a punto de embarcar la pata de Estados Unidos. Vamos a estar tocando en 10 ciudades durante todo el mes de septiembre. Es una experiencia súper gratificante y también un poco extraña, ya que es llamativo sumarse a una banda que toca desde hace 15 años a sumar arreglos y condimentos nuevos. Es como subirse a un tren en movimiento.
Hoy parece haber más que nunca una obsesión por pegarla, por romper el algoritmo. ¿Qué consejos podrías darles a quienes recién se inician en el mundo de la música?
Me parece que las lógicas algorítmicas están un poco implosionando y si bien siguen dominando el paradigma de la comunicación digital, creo que el foco está cada vez más en lo auténtico, en lo genuino y en lo particular de cada artista o profesional. Me parece que lo importante es aprender a comunicar la “esencia” de lo que uno quiere transmitir de su trabajo o de la expresión artística trasladada a diferentes medios y formatos. Me parece que la continuidad en ese sentido es fundamental para conectar con una audiencia que, en definitiva, es para lo que los artistas y profesionales del arte usamos las redes sociales.

Sé que trabajaste por primera vez con Dillom en ‘Sauce’. ¿Qué podrías decir de él como artista y ser humano?
Es muy difícil para mí describirlo desde ese punto de vista, porque a esta altura somos como familia: trabajamos juntos desde hace muchos años y la conexión afectiva es muy estrecha como para separarla del trabajo. Me parece un artista brillante. Es un privilegio y un disfrute muy íntimo ver cómo crece paso a paso como artista y como persona detrás de escena, detrás de cámara. Es también alguien muy generoso y propenso a generar conexiones genuinas con sus equipos de trabajo, o más bien a armar equipos de trabajo con personas con las que tiene una conexión real. Así que tanto en vivo como en el estudio, el trabajo es un gran encuentro de amigos. Sean cuales sean las circunstancias, siempre hay un componente muy grande de cariño y disfrute.
