Pelusón of Milk, una segunda oportunidad para emocionarnos
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Por Hernán Rago
Luis Alberto Spinetta nunca pensó en hits. No componía para sonar en la radio ni para trepar rankings. Y sin embargo, Seguir viviendo sin tu amor —nacida en la calma doméstica de su estudio casero— terminó siendo la canción más escuchada de toda su obra. La más cantada, la más coreada por multitudes que quizá nunca escucharon Artaud entero, pero sí tienen ese estribillo tatuado en algún rincón del alma. Y es justamente ese tema el que abre Pelusón of Milk, un disco que ahora vuelve a circular en formato vinilo por primera vez con sus 15 tracks originales, restaurado desde las cintas DAT de 1991.

No es cualquier reedición. Es una reedición con justicia.
Después de décadas de espera, Pelusón suena finalmente como debe sonar. La remasterización estuvo en manos de Mariano López, ingeniero de confianza del Flaco desde principios de los 80 y responsable de su sonido en vivo como de trabajos emblemáticos tanto en vida, —Mondo di Cromo (1983), Privé (1986) y Spinetta y las Bandas Eternas (2010)—, como en su obra póstuma, —Los Amigo (2015), Ya No Mires Atrás (2020) e Invisible en Vivo 1975 (2023). Lejos de apoyarse en inteligencia artificial o procesos automatizados, su tarea fue artesanal, quirúrgica y profundamente orgánica. El audio fue restaurado directamente desde las fuentes originales, sin atajos ni filtros digitales, trabajando en dos circuitos distintos: uno analógico, especialmente calibrado para vinilo, y otro optimizado para plataformas digitales.
El ingeniero volvió a enfrentarse al material con la misma sensibilidad y rigor con los que acompañó al Flaco en vida, aunque ahora con el desafío de preservar intacta la esencia de una obra sin el artista presente para opinar. Luis era un obsesivo del sonido, un rasgo que compartía con López, y esa complicidad —sumada a miles de horas juntos en el estudio— aseguran la calidad de esta remasterización.
Pelusón no es un disco más. Es el que Spinetta grabó mientras crecía la panza de su compañera Patricia Zalazar, embarazada de Vera. Fue creado rodeado por sus hijos, en esa extraña armonía de adolescencia, reconciliación y nuevo comienzo. Como él mismo lo definió, era un disco “minimalista, intimista, muy pop, hecho con el corazón”. Grabado entre julio y septiembre de 1991 en Cintacalma, su sala de ensayo devenida estudio, sobre una consola analógica de 16 canales, con un grabador TASCAM DA-30 para DAT y una colección austera pero efectiva de efectos como compresores, reverbs y delays analógicos. Nada lujoso, pero muy bien usados.

Foto: Machi Rufino
Si hubo un instrumento que marcó la estética del disco fue el Roland W-30: sintetizador, sampler y workstation, que Spinetta usó como cerebro rítmico y creativo de muchas canciones. Con sus 12 bits y secuenciador interno de 16 pistas, fue el motor de baterías programadas, teclados y atmósferas sampleadas. Luis lo usó para crear capas, voces, loops y hacer de la tecnología un aliado íntimo y doméstico.
Catarina Spinetta lo recuerda divirtiéndose “como loco” con el W-30, sampleando sonidos en su casa, en zapatillas, con la panza de su madre creciendo y la música gestándose en paralelo. Esa combinación entre hogar y máquina generó un clima único: sensible pero electrónico, íntimo pero moderno. Pelusón fue un disco de laboratorio emocional.
Muchas grabaciones se hicieron casi sin técnico, con una libertad casera que no excluía precisión. Guillermo Arrom, guitarrista del disco, recordaba que varias tomas se registraban en una portaestudio para evitar la rigidez de un estudio tradicional. La montaña, por ejemplo, fue un mano a mano entre él y Luis, con guitarras grabadas en overdrive y delay, sin bajo ni banda completa. Otras, como Cruzarás, se trabajaron como puzzles: melodías disonantes superpuestas a pedido del Flaco, que buscaba contrapuntos antes que acordes.
Siempre junto a él estaba Aníbal “La Vieja” Barrios: asistente personal, técnico de guitarras, y cebador de los famosos mates Crown —un apodo que el Flaco le puso en referencia a la alta calidad de las potencias inglesas que tanto admiraba—. Aníbal fue el verdadero Samurái de Luis, firme a su lado desde el regreso de Almendra hasta el último suspiro del músico. Fallecido en abril de este año, “La Vieja” fue clave en el cuidado de los detalles, tanto en vivo como en estudio: aunque no era ingeniero, fue cómplice esencial de cada sesión, custodio del tono y de la atmósfera. Era quien cuidaba que todo estuviera perfecto para que el Flaco hiciera su magia. Esta reedición, aunque no lo diga en voz alta, también le rinde homenaje.

Foto: Machi Rufino
Pero Pelusón casi no vuelve. Catarina Spinetta —hija, guardiana del legado y curadora de estas reediciones— cuenta que el proyecto iba a lanzarse con un máster genérico del sello, sin demasiado esmero. Hasta que ella recordó los DATs. “Sabía que estaban, los había visto, pero había que probar que funcionaran”, contó. Uno parecía vacío, otro mal rotulado. Mariano López la llamó, preocupado: “Si no aparece el archivo de tal canción, sonamos”. Pero apareció. Como aparece siempre el Flaco, cuando hace falta.
Hoy el disco regresa en una edición doble en vinilo color naranja translúcido, con audio restaurado, arte original respetado y mastering milimétrico. También está disponible en streaming con una calidad sonora muy superior a cualquier edición previa. Por fin, el disco que durante años fue un objeto inhallable, caro y recortado, encuentra su forma definitiva.

En el centro de Pelusón of Milk habita Seguir viviendo sin tu amor, una de las canciones más queridas de Spinetta. Con esa melodía luminosa y una letra que logra ser simple y profunda a la vez, el Flaco logró un raro milagro: conmover al oyente casual sin traicionar su búsqueda artística. Fue tal el impacto del tema que, en 2002, la revista Billboard la eligió como la mejor canción argentina de la década del 90. Un raro gesto de consenso en torno a una obra que nunca buscó el aplauso fácil, pero que supo, con delicadeza y belleza, meterse en el corazón de todos.
Y no será el último regreso. Mariano López ya trabaja en nuevas ediciones de Privé y Spinetta y las Bandas Eternas en vinilo. Cada paso es medido. Cada decisión, sagrada. “No es fácil tomar decisiones sobre una obra como la de mi padre”, dice Catarina. “Pero si a mí me toca poner una semilla para que su arte llegue más lejos, te planto todas”.

Spinetta decía que su música no era de este mundo. Pero necesitaba de este mundo para sonar. Y con cada reedición bien hecha, se afina el puente entre su obra y las generaciones que vienen. Porque Pelusón no es un disco del pasado. Es un disco que sigue naciendo.
Mañana es mejor.
Ficha técnica:
Artista: Luis Alberto Spinetta
Título: Pelusón of Milk
Año de lanzamiento: 1991
Estudio de grabación: Cintacalma (16 canales)
Músicos:
Luis Alberto Spinetta: guitarra, voz, teclados, bajo, secuenciador
Juan Carlos «Mono» Fontana: teclados, arreglos
Javier Malosetti: bajo, guitarra acústica, arreglos
Guillermo Arrom: guitarra líder, guitarra acústica, arreglos
Claudio Cardone: teclados, arreglos
Técnico de grabación: Adrián Bilbao
Asistente de grabación: Aníbal «La Vieja» Barrios
Portada: Eduardo Martí
Diseño gráfico: Mario Franco
Discográfica: Universal
Número de canciones: 15
Re masterización 2025: Mariano López
Lista de temas:
1 Seguir Viviendo Sin Tu Amor
2 Lago De Forma Mía
3 Ganges
4 La Montaña
5 Panacea
6 Domo Tú
7 Cada Luz
8 Bomba Azul
9 Cielo De Ti
10 Cruzarás
11 Hombre De Lata
12 Jilguero
13 Ella Bailó (Love Of My Life)
14 Pies De Atril
15 Dime La Forma
