El Señor Epumer
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                Con nuestra nueva web, estamos recuperando de nuestro archivo, notas que en su momento tuvieron una gran repercusión, en este caso puntual una de Lito Epumer, justo después de la pandemia que nos obligó al aislamiento. En estos momentos con 70 años, sigue muy activo con el trío Machi-Judurcha-Epumer; hermano de la recordada María Gabriela Epumer y sobrino de Celeste Carballo, fue reconocido por la Revista Rolling Stone de Argentina en el puesto 34 de los mejores guitarristas del país. Rock, Jazz, folclore, todos los géneros pasan por su talento. Creador junto al Mono Fontana de Madre Atómica, Sr. Zutano junto a Porchetto, Jade con Spinetta, folclore con Dino Saluzzi con su bandoneón, Jaguar con el recordado Rodolfo García, Rubén Rada y hasta con Alfredo Casero en la Halibour Fiberglass Sereneiders. Un grande de nuestra música en esta nota.
¿Qué actividades estuviste haciendo en este marco de pandemia?
Al principio fue párate total. Me puse a hacer cosas que fui dejando de lado, así que empecé a componer bastante. Nos comunicamos con Pedro Aznar e hicimos un par de temas juntos. Hay otras cosas que voy a grabar en febrero. También estuve dando clases virtuales por Zoom a alumnos del interior y de Chile, Costa Rica, Perú y Estados Unidos.
¿La idea es editar un álbum en conjunto?
No hablamos de eso, sino de hacer algunas canciones. Ya habíamos lanzado el tema “Princesa cristal”, dedicado a mi hermana. Así que bueno, hicimos algunos temas y ahora los voy a grabar con él cantando. Es un disco solista mío.

Con Jaguar fueron a tocar a Mar del Plata y lamentablemente, un tiempo después, el 4 de mayo de este año falleció Rodolfo García, luego de sufrir un ACV. ¿Tienen la idea de continuar con el grupo?
Por el momento, ni lo pensamos. Rodolfo es irremplazable. Si hacemos algo con Dhani Ferrón y Julián Gancberg es otra cosa, tendría que tener otro nombre. Rodolfo era un tipo muy positivo, iba para adelante como loco, rebosaba vitalidad. Era una persona muy humilde, muy divino, nunca chapeaba con nada. Da bronca cómo murió. Seguramente si él estuviera vivo, diría que siguiéramos para adelante. Pero no nos podemos tomar esa atribución.
¿Por dónde están incursionando con Aznar? ¿Por dónde viene el sonido en cuanto a lo estilístico?
No, los temas no tienen un género en particular. A mí me salen canciones, no sé si podría explicarlo.
¿Y por el lado de las líricas?
Hasta ahora hicimos dos temas con Pedro. Uno está dedicado a mi nieto y el otro es para mis viejos. Me encanta que los haga Pedro, porque él conoce toda mi vida. Nos conocemos desde los 14 años, así que nadie mejor que él para narrar en una letra cómo eran mis viejos. Me encanta que él haga la letra.
Con Aznar formaste Madre Atómica, un grupo de vanguardia de los 70…
Teníamos muchas influencias de Emerson Lake And Palmer, Yes, King Crimson, Génesis de la época con Peter Gabriel, Premiata Forneria Marconi, Gentle Giant. Eran todas bandas que escuchábamos. No sé si éramos tan conscientes de lo que hacíamos. Fue más bien algo natural. Eso fue más o menos en 1973. Con el Mono Fontana, quien allí tocaba la batería, tocábamos con otro bajista, Rubén Darío Alcaraz. Después llegó Aznar, en reemplazo de Alcaraz.
¿Cómo conociste a Pedro?
Yo había repetido cuarto año y quise terminar el secundario en el Carlos Pellegrini. Uno de los primeros días, me pongo a hablar con un compañero y me dice: “Yo conozco un pibe, Pedrito, a la vuelta de mi casa en Liniers que toca todos los temas de Zeppelin. Es guitarrista”. Nos conocimos y Pedro era impresionante, tocaba y cantaba muy bien. Medio que fuimos culpables de que se pasara al bajo. Así empezamos.
Ya se destacaba en todo?
Sí era increíble. Pero en realidad en cuanto al tiempo, la verdad es que con él habremos tocado dos años como mucho y en cuanto a shows fueron pocos. Nosotros no sabíamos si éramos buenos o no. No teníamos mucha idea y nos sumaron como teloneros en el recital de un grupo que se llamaba Om, con Camilo Iezzi, Eduardo Annetta, que luego fue baterista de Memphis La Blusera, y Cristian Stabel-Hansen. Tocamos de teloneros de ellos, con el Mono Fontana en la batería, y la gente se volvió loca. Se corrió la bola y en enero nos presentamos en el Teatro Regio, que tenía una capacidad de 1000 personas. Se llenó, fue genial.

Con Madre Atómica grabaste un único disco.
Sí, lo hicimos en 1986, después de que estuve en Jade. No era jazz rock el trío, era más bien sinfónico.
¿Con quién fuiste por primera vez a un estudio profesional?
Luego de separarnos con Madre Atómica, grabé el disco Porchetto de Raúl Porchetto, que vino después de Cristo Rock.
¿Cómo viviste los 70´?
A mí esa época me revolucionó mucho. Había empezado a tocar hace poco. Me voló la cabeza toda la música que te mencioné anteriormente, pero la primera vez que escuché a la Mahavishnu Orchestra me enloquecí. Iba con mi viejo en su camioneta, todavía me acuerdo. Fue un sacudón. Ahí empezó todo mi vínculo con el jazz rock, pero yo estaba en pañales todavía. También me había gustado mucho el trío de Pappo. Cuando lo fui a ver en vivo fue impresionante. Pero cabe decir que siempre fui abierto a todas las músicas, no me importa mucho el estilo: o me gusta o no. Hay músicas que me hacen algo o no me hacen nada. Por ejemplo, hay algunas cosas del trap que me gustan y otras no. No soy prejuicioso, me interesa escuchar todo. Además, algunos músicos jóvenes son increíbles.
¿Cómo fue tu evolución como guitarrista en las distintas agrupaciones?
Recuerdo la primera guitarra que tuve, fue una Faim. Y ya para Madre Atómica, mi viejo me pudo comprar una Gibson Les Paul que para mí era una locura. Toqué con esa durante muchos años. Y después, cuando empecé a tocar jazz, me compré una guitarra de caja. Es más, antes de llegar a Jade, estuve viviendo un tiempo en Estados Unidos, tocando y haciendo de todo y me conseguí una Gibson 175 de caja. Con ella tocaba en Jade. No soy de querer acumular guitarras. Es más, ahora vendería algunas y me quedaría con las más preciadas.

El Trío con Machi y Judurcha, tocan muy seguido y con muy buena respuesta de seguidores.
¿Cuáles no venderías?
Me quedaría con una que era de mi hermana y tengo una o dos mías viejas. Una de ellas es una Gibson 345 con la que toqué en las Bandas Eternas.
Hablando de Las Bandas Eternas, ¿qué podés contar de esa gran experiencia?
Fue muy emocionante. Viví ese momento percibiendo la emoción generalizada. Sentí que era parte de algo importante e histórico. Recuerdo que Beto Satragni lloraba de la emoción. Fue muy lindo que Luis Alberto Spinetta pudiera recibir un reconocimiento tan masivo y que toda la gente le devolviera el cariño que recibió a lo largo de su carrera. Luis estaba muy contento y pleno. Y eso que era medio reacio a mirar para atrás. Se vivió algo único, y uno se reencontró con muchos músicos con los cuales compartió momentos inolvidables. Y encima, el hecho de que me hayan invitado a ser parte de Invisible fue inolvidable para mí.
¿Cómo fue tu experiencia con Señor Zutano?
Se dio luego de la separación de Invisible. Un día tocan el timbre de mi casa y eran Pomo Lorenzo y Machi Rufino que me venían a buscar para tocar. Yo no lo podía creer. No había hablado nunca con ellos. Los había visto tocar. Machi me contó muchos años después que el que me había recomendado era el productor Jorge Álvarez, a quien tampoco conocía. La música es así. Empezamos a tocar, Machi vuelve a tocar con Luis; seguimos con Pomo y lo llamamos a Juan del Barrio. Eso después terminó siendo el núcleo del primer Jade. Ahí lo conocí a Luis más en persona. Tocamos tres o cuatro veces con Señor Zutano y nos vino a ver Luis.
Luis te admiraba.
Siempre fue muy amable conmigo. Compartíamos mucho nuestra visión de la música con Luis, con el Mono Fontana, con César Franov y con Pomo.
¿Qué época musical preferís? ¿Los 70´ o los 80´?
Lo que pasa es que en los 80´ yo estaba mucho más preparado para tocar. En el 81´ fui a Estados Unidos, después volví y estuvimos tocando con Moro-Satragni y luego se sumaron Diego Rapoport, Luis Alberto Spinetta y Charly para una grabación. Ahí grabé por primera vez con Luis. Ese mismo año también presentamos el disco de Pedro Aznar en Obras con un grupo bárbaro. Después, empecé a tocar con Celeste Carballo. Mucho laburo. Luego Jade. Para mí, como músico, fueron más productivos los 80´.
A principios de los 80´ hubo un cambio de rumbo en la música argentina. Estaban Virus, Soda Stereo y otros grupos que se orientaban más al new wave y el pop. ¿Cómo viviste esa etapa?
Yo estaba en otro plano, enfocado en tocar jazz. Además, fueron apareciendo cosas como las que te mencioné: Celeste Carballo, Pedro Aznar, Moro-Satragni. Podía expresarme y me gustaba.
Tu carrera solista es amplia. ¿Qué material destacarías?
Me gusta todo, porque son distintas etapas. No reniego de nada, siempre cada disco lo hice convencido. Pero creo que lo mejor es lo que está por venir, lo que voy a grabar ahora con mi grupo.
¿Cómo viviste los 70 años de Charly? Hiciste un tema con Celeste Carballo.
Más allá de que nos hemos cruzado y hemos tocado con Charly, me emocionó mucho estar parado en el lugar de mi hermana. Llevé la guitarra de ella y toqué con sus amigos. Fernando Samalea, el Zorrito Von Quintiero, Fernando Kabusacki, mucha gente. Eso me movió. Y obviamente, mi respeto absoluto por Charly: es una institución. Fue un privilegio estar ahí como invitado. Justo toqué ese tema, “Rezo por vos”, después de muchos años. Lo más lindo fue recordar a mi hermana y vivirlo a través de sus ojos y su espíritu.

 
                         
                                 
                                 
                                 
                             
                             
                            